Entrada destacada

Sángrar 2008 - Discurso doctor Bernardino Ramírez Parque de la Bandera

SANGRAR, LA GESTA HEROICA DE LOS CANTEÑOS Dr. Bernardino Ramírez Bautista Junio 2008       Discurso de orden en el Parque ...

sábado, 2 de junio de 2012

Sángrar - "Victoria peruana" (Subteniente Antonio Domínguez Vidarte)


SANGRAR - Victoria Peruana

LOS PRELIMINARES

Producida la ocupación de Lima, luego de los desastres de San Juan y Miraflores, el Presidente de la República, don Nicolás de Piérola, se ve obligado a cambiar temporalmente la residencia de su gobierno y se dirige a la sierra, camino de Ayacucho.
Siguiendo la quebrada del río Chillón llegó a Trapiche y luego a la Villa de Obrajillo, donde dispuso la consigna de efectuar el reclutamiento de voluntarios para organizar la resistencia. En Canta esta misión fue encomendada al coronel don Manuel Encarnación Vento. En aquellos días (junio de 1881) operaba en el interior del país el comandante don Ambrosio Letelier al mando de las fuerzas expedicionarias chilenas. El comandante Letelier estando en Chilca, se enteró de las actividades peruanas; inmediatamente hizo conocer al coronel Lagos los preparativos de los "montoneros"; el documento cablegráfico decía textualmente; ... en Canta el montonero Vento tiene trescientos hombres bien armados, listos a unirse a las fuerzas de Paseo, sírvase comunicar por telégrafo sus órdenes". Como respuesta, el general en jefe don Patricio Lynch ordenó que la Divisi6n Letelier se trasladase a la Hacienda Conocancha y luego a la de Sangrar, de donde marcharían sobre Canta en su ruta de regreso a Lima. Para proteger su marcha hacia Lima, Letelier destacó al pueblo de Cuevas una compañía del engreído Batallón BUIN" bajo el mando del capitán José Luis Araneda e integrado por 79 hombres; esta unidad se trasladó inmediatamente a Sangrar por razones de mejor alojamiento.
Mientras tanto, en Canta, sabedores de este movimiento del enemigo y ante un aviso conminatorio de rendición firmado por Letelier en Cerro de Pasco el 19 de junio de 1881, el reorganizado Batallón CANTA" se aprestó a la lucha bajo las órdenes del coronel Vento.

LAS FUERZAS PERUANAS

Ante la amenaza de Letelier de "barrer" Canta, el coronel don Manuel Encarnación Vento decidió hacer frente al enemigo con ese pueblo lleno de espíritu y de valor, que el 21 de junio de 1881 le prometiera al sagrado bicolor izado en su Plaza, que lucharían para no ver a los chilenos hollando nuestro suelo. La unidad que se formó totalizaba un efectivo de 150 hombres organizados de la siguiente manera:
COMANDO:  Coronel Manuel Encarnación Vento (Comandante General) Sargento Mayor Juan de Dios Livia (Ayudante).
ESTADO MAYOR Y ASESORES: Coronel Simón Antaya. Coronel Lizardo Revollé, Capitán Emilio Fuentes (Subprefecto de Canta) Sargento Mayor Luis G. Escudero (Secretario).
Cabe resaltar la previsión del coronel Vento, quien antes de partir en busca del enemigo, envió una comisión al pueblo de Canchapilca con el objeto de pedir al coronel Mariano Vargas el auxilio que requería para la campaña: de igual manera se notificó al comandante Aparicio Medina, quien se encontraba defendiendo la Quebrada de Carampoma. No obstante las gestiones hechas, estos refuerzos no llegaron debido a la premura del tiempo.

LAS ACCIONES

El 24 de junio de 1881 a la una de la tarde, el Batallón "Canta" salía de la Plaza de Armas en conmovedora despedida para seguir el camino de Obrajillo rumbo a Cullhuay, a donde llegaron a las cuatro de la tarde. EI 25 a las cinco de la madrugada, cuando la tropa se disponía a marchar en dirección a La Viuda, se presentó don Gregorio Romero (vecino de Yantac) e informó que las fuerzas chilenas habían invadido la Hacienda Sángrar, motivo que determinó que la expedición cambiara su rumbo con dirección a Sangrar, pernoctando en Oxamachay, hacienda en la que ingresaron a filas los Subtenientes Juan de Mata y Meza y Clemente Izaguirre y el Sargento Mayor Manuel Solís. Estando los chilenos en Sangrar, el capitán Araneda destaca dos piquetes en busca de provisiones:
El primero, conformado por el sargento Zacarías Bisivinger, el cabo Bernabé Orellana, los soldados Tapia, Sepúlveda, Ibarra, Muñoz y Gálvez y el arriero Malla. Este piquete marchó en dirección de la hacienda Capellayoc.
       El segundo, conformado por el cabo Julio Oyarce y cuatro soldados más, marchó en dirección norte.
En la madrugada del 26 de junio de 1881, el coronel Vento envió una avanzada hacia el cerro Lacsahual, compuesta por el capitán Emilio Fuentes (Subprefecto), Wenceslado Vento, Martín Valderrama, Andrés Hidalgo, Hermógenes Bao, Juan Yalán, Ramón Ramos, Cornelio Espinoza y José Bravo.
A la una de la tarde nuestra pequeña avanzada llegaba al sitio denominado L1ucllococha cubierto de grandes piedras que les favorecían no ser vistos de frente. De pronto apareció una avanzada chilena compuesta de 12 soldados que descendían a lomo de mula por el paraje de Colac, nuestra avanzada se parapetó en las rocas y esperó que el piquete enemigo bajara al llano y cuando lo estuvo, una descarga de fusilería dejó un saldo de once muertos, logrando fugar el soldado chileno José Sepúlveda, a quien al voltear la cumbre del cerro Escaparate, un certero balazo lo hirió y lo echó a tierra. La mula fue el "centinela" que puso sobre aviso a los chilenos, como lo mencionara más adelante el capitán Araneda. Sin perder tiempo el grueso del batallón "Canta" coronó las alturas del cerro Escaparate, donde el coronel Vento dio descanso a las tropas y a la vez que consultaba a su Estado Mayor la decisión que debería adaptarse. Refiere la escritora Zoila Aurora Cáceres en su libro "Campaña de la Breña", que alguien insinuó al coronel Vento la idea de acampar para esperar el nuevo día; pero el soldado Nazario Igreda con voz llena de sentencia y patriotismo, pronunció:    "  HOY O NUNCA", frase que ha de resonar perennemente en el corazón del pueblo canteño. Frase que en ese momento difícil levantó el espíritu de los soldados y todos respondieron 
¡HOY O NUNCA!.
Mientras tanto, los chilenos habían ocupado las casas de la hacienda Sángrar. Con la idea de defenderse mejor. El coronel Manuel Encarnación Vento, conocedor de la topografía de la hacienda de su padre, donde Norberto Vento decidió dividir sus tropas en tres secciones: - La primera fracción, bajo el comando del teniente Marcos Icochea. La segunda fracción, al mando del propio coronel Vento, y la tercera fracción, comandado por el capitán Victoriano Calderón.
Por otro lado los invasores, por tener menos efectivo, debieron mantenerse agrupados para poder resistir; pero equivocadamente el capitán Araneda dividió sus fuerzas en dos facciones; La primera comandada por el teniente Guzmán y la segunda bajo el mando del propio Araneda. El teniente Guzmán ocupó el corralón contiguo a la iglesia, empleando las murallas como parapeto; el capitán Araneda se ubicó delante de la casa hacienda. A las cinco y treinta de la tarde del glorioso 26 de junio de 1881', Vento ordenó atacar; con ímpetu y decisión los canteños iban envolviendo a los chilenos, éstos tomando posesión de los muros, resistiendo el arrojo de los atacantes por más de una hora. A la distancia de trescientos metros se lanzaron al asalto bajo el toque del corneta de Bernardino Igreda y el redoble de tambores de los Hnos. Federico y Patricio Reyes. Los canteños iban aminorando la distancia. Se refiere que en el fragor de la lucha, el secretario del Subprefecto Clímaco Falcón, fue muerto sobre su cabalgadura y la suerte quiso que el caballo no fuera alcanzado por una sola bala durante toda la lucha, de manera que se paseaba en toda dirección como arengando a los canteños: ¡ ... ASI SE MUERE PORLAPATRIA. .. ".
En un momento del combate, el canteño Juan Solano corrió hacia la torre de la iglesia para repicar la campana dando vivas a las fuerzas ya victoriosas y con ese gestó alentó mucho a la tropa. Al ver que se vencía el día, los canteños iniciaron el incendio de los techos pajizos para obligar a los chilenos a salir de sus escondrijos, saliendo de su escondite, unos caían por el fuego de fusilería y otros en el combate cuerpo a cuerpo, eran mutilados, como lo hizo aquél fa(l1oso Nazario Chamorro, que de un mordisco arrancó la oreja de un chileno.
En una casa con techo de calamina se había escondido el capitán Araneda, tres oficiales y cinco soldados, quienes confundidos con el humo y la oscuridad de la noche, huyeron hacia Casapalca, siguiendo el curso del riachuelo.
En este combate se logró un triunfo invalorable, corolario del valor que caracterizó al militar ya formado y también al civil convertido en soldado. Se capturó abundante material de guerra y como trofeo un estandarte chileno, capturado por Hermógenes Bao, llevado a Canta y después donado al museo nacional. El saldo de muertos y heridos que arrojó esta acción fue de 17 chilenos muertos, 20 heridos, 7 desaparecidos y 2 prisioneros; por parte de los canteños: 4 muertos (Clímaco Falcón, Práxedes Páez, José Mercedes Valdez, José Molina) y 38 heridos.
Subteniente Antonio Domínguez Vidarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario