¡HOY O NUNCA!, CANTEÑOS,
NUESTRO LEMA
¡Fuera enemigos de Canta, sus pueblos y campiñas!
¡No más chilenos pisoteando nuestra historia!
Por eso en la misma cordillera, en Sángrar,
en la nevada y en el frío los vencimos
a las cinco de la tarde de mil ochocientos ochenta y uno.
Todos como un solo puño ¡Hoy o nunca! dijimos
en el Ande y fue nuestra la victoria,
para que no mancillen la identidad canteña.
Sin embargo es necesario saber que allá en Sángrar
muchos dejamos nuestra vida para gritar,
desde la agonía, la gloria venidera.
Los canteños no hemos crecido para matar a nadie,
obligados defendimos nuestra tierra peruana;
los canteños construimos la vida en los surcos
y al final de la jornada colocamos la cruz
y la bandera blanquiroja para las cosechas venideras.
¡Eso fue, eso es, así será!… Roturamos el campo
para la siembra con sudor y con esfuerzo
y la semilla es nuestro sueño y esperanza
que crece con los brazos del trabajo.
Somos canteños reverdeciendo campos
y mirando el azul del cielo afirmamos nuestro canto
y nuestro suelo de colores y trinos mañaneros.
¡Uno para todos, todos para uno y todos para todos!
Campesinos, obreros, estudiantes, maestros,
médicos, ingenieros, abogados, empresarios, policías,
sacerdotes, hombres de letra, del deporte,
del sudor, del puño y del arado verdaderos.
No queremos el odio ni la muerte.
El río Chillon es un hervor de brisas cantarinas
y florecer de vientos en árboles, valles y comarcas.
Con nosotros, los canteños, anda la vida y los minutos
sonriendo con la igualdad y la justicia.
Nubes de paz y de cariño flamean en verano y en invierno;
pero cuando llega gente extraña
a herir nuestros días con odio y mala historia,
entonces nos convertimos en fieras de defensa
para que no hieran a los pueblos, a las madres y a los hijos.
Fue así, cuando llegó gente extranjera
a vulnerar la inquietud de sosiego y de labranza,
los canteños fuimos pumas, cóndores, vendavales
de todas las tormentas, truenos y rayos de los Andes
y los hicimos morder el polvo de vencidos
entregando nuestra sangre para que la patria
siga viva la defendimos en la cordillera.
¡Hoy o nunca, canteños, nuestro lema que sea candela
que crezca como llama hasta alcanzar luceros
para construir una patria nueva y verdadera!
FÉLIX HUAMÁN CABRERA
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